¿QUÉ ES UNA CRISIS?
La crisis es
“un estado temporal de trastorno y desorganización, caracterizado
principalmente, por la incapacidad del individuo para abordar situaciones
particulares utilizando métodos acostumbrados para la solución de problemas, y
por el potencial para obtener un resultado radicalmente positivo o negativo”.
Una
crisis es la respuesta a eventos peligrosos y es vivida como un estado
doloroso. Es por esto que la persona tiende a movilizar reacciones muy
poderosas que le ayudan a aliviar su malestar y a recuperar el equilibrio que
existía antes del inicio de la crisis.
Si esto
sucede, la crisis puede ser superada y además el sujeto aprende a emplear
nuevas estrategias adaptativas que le pueden ser de utilidad en el futuro.
Un evento
traumático produce cambios en nuestro mundo, tanto en el externo como en
nuestro mundo interno:
- El mundo externo cambiará y será percibido como extraño, sin significado, sin sentido, amenazante, incierto, confuso y hasta violento.
- En nuestro mundo interno se modificará nuestro modo subjetivo de percibir las cosas. No se articulará bien el proceso de percepción, identificación y memoria.
H TIPOS DE CRISIS
- Crisis naturales- se dan naturalmente, son más predecibles y sobrevienen cuando una persona va cumpliendo etapas en su vida desde la niñez a la senectud. Presentan una conducta indiferenciada y marcan un trastorno en el área intelectual y afectiva.
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Crisis del nacimiento e infancia
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Crisis de la pubertad y adolescencia
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Crisis de la primera juventud
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Crisis de la edad media de la vida
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Crisis de la tercera edad
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Crisis Circunstanciales:
- Crisis circunstanciales- Las crisis circunstanciales son inesperadas, accidentales y dependen sobre todo de factores ambientales. Abarca alteraciones emocionales y de la conducta ante pérdidas o amenaza de pérdidas de los aportes básicos (físicos, psicosociales y socioculturales que están interrelacionados):
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Separación
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Pérdidas
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Muerte
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Enfermedades corporales
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Desempleo
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Trabajo nuevo
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Fracaso económico
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Violaciones
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Incendios
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Accidentes
- Crisis existenciales- se dan cuando se tiene que optar entre dos valores importantes.
- Crisis totales- cuando se afecta todo lo económico, emocional, la salud, el área familiar, laboral.
Es desde el
punto de vista de ver las crisis como un periodo de transición entre etapas de
la vida como se entiende la intervención en crisis, pues es en estos momentos y
según la forma en que se organice el comportamiento, cuando la crisis puede
representar una oportunidad para el desarrollo personal o un momento crítico de
vulnerabilidad para el trastorno mental.
“Las
estrategias de resignación son más fáciles de establecer cuando son desastres
naturales o accidentes de tráfico, pero cuando es una acción humana es más
grave, porque generan odio y rechazo y las terapias a aplicar son más
complejas” (Echeburúa, E.).
DURACIÓN DE UNA CRISIS
Algunos teóricos piensan que la crisis es
un estado agudo de desequilibrio repentino y de corta duración. O'connor (1990)
habla de que la resolución del duelo es hasta de 2 años.
Cabe hacer una diferencia entre lo que es
la restauración del equilibrio y la resolución de la crisis.
Restaurar el equilibrio se refiere a la
reducción de los síntomas y los signos, pero no equivalente a que se ha
resuelto constructivamente la crisis. Es posible que la manera en que se logre
el equilibrio momentáneo, pueda causarle después mucho más daño.
FASES DE UNA CRISIS
Horowtz (1976) propone las siguientes
reacciones de una persona ante una situación de crisis.
1. El llanto se refiere a las reacciones
inmediatas al impacto del suceso y pueden ser unas muy obvias como gritar,
llorar, pánico y/o desmayo. Y otras no tan obvias como un nudo en la garganta y
llanto silencioso.
2. Del llanto puede pasar a la negación que
conlleva el bloqueo del impacto y se puede acompañar de entorpecimiento
emocional, no pensar en lo que pasó y realizar actividades como si nada hubiera
pasado. La negación también puede presentarse casi inmediatamente al suceso.
3. La intrusión se caracteriza por la
abundancia de sentimientos e ideas de dolor sobre la pérdida. En la mente
aparecen imágenes del suceso una y otra vez, incluso en sueños que apabullan a
la persona, ideas o decisiones muy negativas y riesgosas que pueden ser
expresadas o no.
Algunas personas pasan
directamente de la fase del llanto a la intrusión sin pasar por la negación,
otras en la fase de intrusión buscan la negación, deseando y tratando de
olvidar (llegan a ser olvidadizas) esto puede ser porque el dolor aumenta en la
fase de intrusión y desean evitarlo.
4. La fase de penetración es la parte del
proceso en el que la persona penetra en sus sentimientos y sentimientos. Los
reconoce, los acepta y expresa. Entre más los exprese más se
"desgasta" el impacto que le produjo el suceso.
5. La consumación es la última fase de la de
la crisis. En esta se ha iniciado la integración de la experiencia, o ya ha
sido integrada a la vida de la persona.
Cuando
las personas logran la fase de consumación se puede decir que resolvieron la
crisis. Esto las dota de mayor seguridad, fortaleza, herramientas para dar
sentido a sus vidas y una postura más sana ante su existencia.
6. La integración consiste en que la persona
acepta lo que sucedió, admite que el suceso la llevó al desequilibrio, pero es
capaz de encontrar en esta una oportunidad de crecimiento, y ganar fortaleza.
El sentimiento no
desaparece pero ya no desequilibra, encuentra un para qué a la vivencia, que le
permite enfrentar en el futuro de una mejor manera los sucesos críticos y las
situaciones límite.
Cuando no se resuelve la
crisis, las personas pueden sufrir alteraciones físicas, emocionales, y/o
mentales. Presentar actitudes negativas, mecanismos de defensa. Tornarse
resentidos, agresivos, desconfiados, inseguros, soberbios, egoistas. Mostrar
máscaras de dureza, frialdad, indiferencia, y sentir soledad, amargura e
infelicidad. Hacen el papel de víctima o de victimario. Incapacitadas para
establecer relaciones interpersonales sanas y profundas. Bloquean su voluntad
de sentido, su intuisión, su libertad y su responsabilidad, por lo que muy
probablemente sientan vacío existencial.
LA INTERVENCIÓN EN CRISIS
es un proceso de ayuda dirigida a auxiliar
a una persona o familia a soportar un suceso traumático de modo que la
probabilidad de efectos negativos como daños físicos o emocionales se aminore y
la probabilidad de crecimiento se incremente.
Su finalidad es, que el
que sufre no sólo logre el nivel de funcionamiento que tenía antes de la
pérdida, sino que se trascienda a sí mismo y busque el sentido de su vida sin
aquello que ya no tiene.
CÓMO INTERVENIR EN UNA CRISIS
Para intervenir en una crisis, es necesario
sentir interés en las personas. Y tender a la auto-trascendencia.
También es indispensable saber identificar
los signos que presenta la persona que está viviendo una crisis.
Y desde luego cómo intervenir. Porque el
interés sin el conocimiento es insuficiente.
¿Qué se debe OBSERVAR?
Si la persona presenta cambios en su
habitual comportamiento:
·
- puede estar tensa, ansiosa, enojada, irritable, triste, deprimida, pasiva, confundida, distraida, desorganizada, aislada, sin energía, cansada, agotada.
- trastornos alimentarios: poco apetito, comer compulsivamente.
- trastornos del sueño: insomnio o sentir sueño y ganas de dormir todo el tiempo
- rostro cansado, ojeroso por el insomnio, mirada sin brillo, piel poco humectada.
Se debe INDAGAR, mediante el Diálogo
Socrático, si la persona:
· tiene sentimientos de desamparo,
debilidad, soledad, desesperación, ira contenida o expresada, desesperanza.
- se siente confundida, ansiosa, desorientadas, angustiada, impotente.
- si siente el deseo de salir de su malestar, pero no sabe cómo y se siente incapaz de enfrentarse y superar la situación.
- si ha habido cambios en sus relaciones interpersonales y sus actividades.
- ha experimentado soledad, aislamiento y desamparo.
- sufre dolores de cabeza, y garganta frecuentes, gris, tos, gastritis, colon irritable.
F62.0 Transformación persistente de la personalidad tras experiencia catastrófica
Transformacion persistente de la personalidad que puede aparecer tras la experiencia de una situacion estresante catastrofica. El estres debe ser tan extremo como para que no se requiera tener en cuenta la vulnerabilidad personal para explicar el profundo efecto sobre la personalidad. Son ejemplos tipicos: experiencias en campos de concentracion, torturas, desastres y exposicion prolongada a situaciones amenazantes para la vida (por ejemplo, secuestro, cautiverio prolongado con la posibilidad inminente de ser asesinado). Puede preceder a este tipo de transformacion de la personalidad un trastorno de estres post-traumatico (F43.1). Estos casos pueden ser considerados como estados cronicos o como secuelas irreversibles de aquel trastorno. No obstante, en otros casos, una alteracion persistente de la personalidad que reune las caracteristicas que a continuacion se mencionan, puede aparecer sin que haya una fase intermedia de un trastorno de estres post-traumatico manifiesto. Sin embargo, las transformaciones duraderas de la personalidad despues de una breve exposicion a una experiencia amenazante para la vida como puede ser un accidente de trafico, no deben ser incluidas en esta categoria puesto que las investigaciones recientes indican que este tipo de evolucion depende de una vulnerabilidad psicologica preexistente. Pautas para el diagnostico La transformacion de la personalidad debe ser persistente y manifestarse como rasgos rigidos y desadaptativos que llevan a un deterioro de las relaciones personales y de la actividad social y laboral. Por lo general, la transformacion de la personalidad debe ser confirmada por la informacion de un tercero. El diagnostico esencialmente se basa en la presencia de rasgos previamente ausentes como, por ejemplo:
a) Actitud permanente de desconfianza u hostilidad hacia el ) mundo.
b) Aislamiento social.
c) Sentimientos de vacio o desesperanza.
d) Sentimiento permanente de "estar al limite", como si se estuviera constantemente amenazado.
e) Vivencia de extrañeza de si mismo.
b) Aislamiento social.
c) Sentimientos de vacio o desesperanza.
d) Sentimiento permanente de "estar al limite", como si se estuviera constantemente amenazado.
e) Vivencia de extrañeza de si mismo.
Esta transformacion de la personalidad debe haber estado presente por lo menos durante dos años y no debe poder ser atribuida a un trastorno de la personalidad preexistente o a un trastorno mental distinto del trastorno de estres post-traumatico (F43.1).
Incluye:
Tranformacion de la personalidad tras experiencias de campo de concentracion, desastres y catastrofes, cautiverio prolongado con peligro inminente de ser ejecutado, exposicion prolongada a situaciones amenazantes para la vida como ser victima de un acto terrorista o de torturas.
Tranformacion de la personalidad tras experiencias de campo de concentracion, desastres y catastrofes, cautiverio prolongado con peligro inminente de ser ejecutado, exposicion prolongada a situaciones amenazantes para la vida como ser victima de un acto terrorista o de torturas.
Excluye: Trastorno de estres post-traumatico (F43.1).
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