El impacto psicosocial de
cualquier evento o desastre depende de los siguientes factores:
1. La naturaleza del evento: Los eventos inesperados (terremoto),
los ocasionados por el hombre (conflictos armados), los que implican una
situación de estrés prolongada (desplazamiento forzado) y los de afectación
colectiva general producen mayor impacto en la población.
2. Las características de la personalidad y la vulnerabilidad
individual de los sobrevivientes: Se valora en primer lugar la personalidad de
los individuos y su capacidad de hacerle frente a los eventos catastróficos e
inesperados. Hay grupos de población más vulnerables (infancia, mujeres,
adultos mayores y grupos de riesgo).
Niñez
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Mujeres
|
Ancianos
|
Otros
grupos de riesgo
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Aún no han construido las defensas suficientes para enfrentar las
adversidades y dependen de la ayuda y el apoyo externo. Los más pequeños no
tienen la capacidad de comprender plenamente lo que ocurre.
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Suelen estar sometidas a condiciones sociales más adversas (en
relación con los hombres) y a mayores riesgos para su salud. En situaciones
de crisis asumen mayor responsabilidad en el cuidado y mantenimiento de la
estabilidad familiar.
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Frecuentemente viven en situaciones de privación y desesperanza.
Padecen afecciones físicas o emocionales que ocasionan dependencia y
sentimientos de minusvalía disminuyendo su capacidad de adaptación y defensa.
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Personas con enfermedad mental o física previa que ocasiona mayor
vulnerabilidad del individuo.
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¿Problemas psicosociales?
Tenga presente que las
situaciones de emergencias y desastres producen diversos problemas a nivel:
-
- Individual
- - Familiar
- - Comunal
- - Social
En cada uno de éstos niveles, las
emergencias y los desastres deterioran los apoyos de protección de la persona y
acrecientan los riesgos de que aparezcan numerosos tipos de problemas.
Adulto mayor en situación de emergencia
Un desastre es un evento (generalmente destructivo) que interrumpe las
capas o el tejido social y las rutinas de un grupo y supera la capacidad
inherente de la comunidad afectada para responder al evento.
Los más vulnerables en situaciones de desastres
En las personas mayores el grado y severidad en que se vean afectadas en
emergencias y situaciones de desastres depende de varios factores como:
discapacidad física, deterioro de la capacidad mental, disminución de la fuerza
física y presencia de enfermedad crónica como diabetes, hipertensión y
enfermedad cardíaca, entre otras.
Muchos ancianos viven solos y si tienen discapacidad auditiva y
visual, su capacidad de respuesta en una situación de desastre se ve
limitada
Personas mayores que usan silla de ruedas, muletas o estén encamados
presentan limitación para la movilidad o desplazamiento y pueden depender de
otras personas en caso de evacuaciones o desalojo de la vivienda o residencia.
Por otro lado en situaciones de desastres las personas mayores pueden presentar
exacerbaciones de su enfermedad de base o comorbilidad como la diabetes y la
hipertensión arterial, entre otros.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS), en una contribución al “Día
Mundial de la Salud 2012- Envejecimiento y Salud”, publicó las “Directrices
para la integración de las necesidades de las Personas mayores en Situaciones
de Desastre en el Caribe”. La OPS, entre otras cosas, recomienda a los
niveles locales, regionales y nacionales contemplar las necesidades de las
personas mayores en situaciones de desastres como: cuidados de salud, soporte
psicológico, plan de evacuación, suministro de medicamentos para enfermedades
crónicas y/u organización de vivienda temporal.
Además, recomienda a los diferentes niveles tener un mapa con los distintos
tipos de riesgo, población de las personas mayores expuestas, distribución por
género, tipo de enfermedades y prevalencia de las enfermedades crónicas
presentes en dicha población. Igualmente contar con el recurso económico y de
personal necesarios para la atención de los mayores en situaciones de
emergencia o desastres.
La OPS sugiere también que en situaciones de desastres muchas personas
mayores por su experiencia y conocimiento en diferentes áreas pueden inclusive
ser un factor clave en la resiliencia (respuesta positiva ante un evento
traumático) y recuperación post desastre.
Intervención psicológica individual en adultos mayores
Los adultos mayores pueden ser
especialmente vulnerables durante e inmediatamente después de un evento crítico. Es más probable que tengan
impedimentos físicos , vivan solos y carezcan de ayuda y de otros recursos.
Pueden tener que afrontar el shock de perder todo lo que habían conseguido en
la vida: casa, familia, empleo y seguridad.
Que los adultos mayores tienen dificultad en:
- Evacuar.
- Responder a anuncios públicos.
- Reconocer peligros.
- Buscar cuidado médico.
- Usar recursos.
- Estar parados en
línea-agua/alimento.
Cuentan con recursos para atender a los desastres:
Destrezas.
Experiencia.
Tiempo.
Perspectiva histórica.
Reacciones típicas en los adultos mayores:
- Aumento de los recuerdos
relacionados con el pasado y los amigos, y deseo de volver a conectarse con
ellos.
- Mayor dependencia de la familia y
rechazo de la asistencia proveniente de las autoridades.
- Miedo a morir.
- Visión deprimente del futuro (la
vida nunca será tan buena como el pasado.
- Regresión (en general un retorno
temporal a un estado previo, habitualmente peor).
- Sentimiento de múltiples pérdidas
(personales, materiales, de la dignidad, de la esperanza en el futuro).
- Desorientación, debido a la
interrupción de la rutina.
- Utilización de la negación como
reacción defensiva normal.
- Reacción inmediata de miedo,
seguida de ira y frustración cuando no son capaces de controlar la situación.
- Dificultades de concentración y comunicación
- Reacciones fisiológicas
(especialmente trastornos del sueño y del apetito).
Las personas mayores se enfrentan a situaciones
particularmente peligrosas por el aumento considerable de conflictos y
desastres naturales, sin embargo, no siempre son identificados como grupos
vulnerables. Los derechos de las personas mayores, sus necesidades y sus
capacidades deben ser reconocidos por todos los programas de emergencia.
¿Qué hay que hacer?
Algunas actividades que ayudarán
a reforzar los mecanismos de que disponen los ancianos para enfrentar una
situación:
- Procurar entorno seguro.
- Asegurarse de que no estén
aislados e identificar los vínculos y relaciones estables.
- Tranquilizar en cuanto a que las
reacciones son normales.
- Hablar del evento de forma
objetiva.
- Brindar apoyo y promover la
confianza facilitándole acceso a los servicios asistenciales.
- Ayudarlos a mantener el sentido
de identidad y a contribuir a preservar la cohesión de la comunidad.
- Brindar oportunidades de que generen
una sensación de continuidad cultural e historia (tomando en cuenta las
diferencias culturales).
- Establecer rutinas.
- Generar oportunidades de que se
sientan útiles y valorados.

Bibliografia:
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